Alquiler de viviendas en pensiones, un drama social de las ciudades capitalistas.

 


Cuando hablamos del problema de la vivienda digna, como un derecho que todas y todos tenemos, nos encontramos con diferentes realidades sociales, el alquiler de casas de pensiones, "hoteles"- pensiones o casas de vecindad son expresiones del drama social en el ámbito del hábitat que no deja de ser una realidad en nuestro país.

El alquiler de pensiones expresa una de las situaciones de desigualdad de las ciudades. Casas muy antiguas, carentes de toda clase de condiciones básicas, espacios reducidos,  sin ventilación, sin iluminación, paredes húmedas, hacinamiento, baños colectivos que se comparten con 30 o más familias, cocinas dentro de las habitaciones, pagos especulativos de alojamiento diario y condiciones de convivencias  insostenibles. Espacios habitados en su mayoría por personas de muy bajos recursos que forman parte del pueblo trabajador, personas correspondientes al sector de la tercera edad, mujeres, niñas y niños, familias enteras que viven en un cuarto, el albergue de personas sin núcleos familiares . 



Estas pensiones son inmuebles construidos hace más de 60 años, que tenían como función hospedajes transitorios, para quienes querían hospedar unos días, pero la lógica de mercantilización de la vivienda,  la falta de políticas de vivienda en las décadas de la cuarta república y la imposibilidades de acceder a una vivienda digna de los estratos sociales más vulnerables,  empujo a un número importante de familias a convertir estas viviendas de alojamientos transitorios en su hogar permanente y a vivir en condiciones muy precarias. 

La visibilización de esta realidad es necesaria, sus familias son parte de esa resistencia y lucha por vivir en la ciudad y búsqueda de mejores condiciones pese a la paradoja de no tenerlas. Pero no sólo saber que existen, necesaria es la construcción de políticas de Estado que transformen y  resignifiquen estos espacios. La configuración de un campo de alquileres sociales, la rehabilitación de estos inmuebles donde se generen espacios habitables, la gestión comunitaria y corresponsable  en estos espacios debe ser  políticas dirigidas a estos sectores vulnerables para garantizar el acceso a una vivienda digna transitoria y permanente. El primer paso: la organización de sus habitantes. Este es nuestro compromiso y tarea desde el Movimiento de Inquilinas e Inquilinos.

Comentarios

  1. Si tenemos que trabajar comunitariamente este problema que daña nuestra sociedad.

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  2. Como me gustaría que visitaran las casas y pensiones de la Parroquia Altagracia, Eje 1.

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  3. Nos sentimos orgullosos de que movimiento de inquilino este tomando iniciativas hay seguir luchando por el derecho a ciudad ctu talento immacolata

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