Fieles al Milagro
Fuente: saber y poder
autor: Reinaldo Iturriza
11 de diciembre de 2012
Fieles al milagro
Escribo estas líneas mientras el comandante Chávez es operado en La Habana. Lo hago convencido de que saldremos de ésta.
No insistiré en lo ya dicho: que el pueblo venezolano se crece en las dificultades, y que esa hermosa obstinación lo constituye y lo define. Lo sabemos. Lo hemos vuelto a demostrar innumerables veces a lo largo de los años recientes. Nuestros enemigos (no es tiempo para eufemismos: nuestros adversarios no desearían nuestra muerte) lo saben y padecen, y por eso vuelven a refugiarse en sus miserias.
No insistiré en lo ya dicho: que el pueblo venezolano se crece en las dificultades, y que esa hermosa obstinación lo constituye y lo define. Lo sabemos. Lo hemos vuelto a demostrar innumerables veces a lo largo de los años recientes. Nuestros enemigos (no es tiempo para eufemismos: nuestros adversarios no desearían nuestra muerte) lo saben y padecen, y por eso vuelven a refugiarse en sus miserias.
En esta hora habría que
insistir, en cambio, en lo siguiente: ceder un milímetro frente a la
miseria de nuestros enemigos, distraerse con su risa macabra, es casi un
acto de traición. Perder el tiempo lidiando con su resentimiento raizal
es perdernos.
Vamos a salir de ésta, comandante. Vamos a vivir. La cuestión está en el cómo.
Para vivir, lo ha dicho claramente el comandante el sábado 8 de diciembre,
habrá que permanecer junto al pueblo y subordinados a los intereses del
pueblo. Tales palabras no admiten interpretaciones a conveniencia. Es
junto al pueblo y subordinado a sus intereses.
Por eso es que hoy el
comandante puede decir que tiene un pueblo, y por la misma razón
nosotros podemos decir que por fin tenemos a alguien como Chávez.
Por eso hay patria. Esta revolución habrá de reafirmar con cada paso su carácter profundamente nacional y popular.
"Chávez es un gran
colectivo", ha dicho el comandante el sábado, y qué felices nos sentimos
de vivir esta historia y de militar y hacer parte de ese gran
colectivo.
Mi amigo Juan Antonio
Hernández ha escrito palabras para la ocasión: "¿Y qué otra cosa ha sido
nuestra historia sino una sucesión de milagros? Una hermosa secuencia
en la cual aquello que se pretendía imposible se convierte, rápidamente,
en umbral de metas más altas. ¿Y qué otra cosa es nuestra militancia
sino una terca fidelidad a cada uno de esos milagros, a esa secuencia
que se resume, sabiamente, cuando el pueblo pronuncia el nombre de
Chávez?".
Escribía Mayakovski hace noventa y un años:
"Vinimos,
millones
de impíos,
paganos
y ateos -
golpeándonos
con la frente,
con hierro oxidado,
con el campo -
todos
con fervor
recemos a Dios
¡Aparece,
no del lecho estelar,
mullido,
Dios de hierro,
Dios de fuego,
no el Dios de Martes,
Neptunos ni Vegas,
Dios de carne,
Dios-Hombre!
¡No el envarado allí
entre las estrellas,
el terrenal,
el que está entre nosotros
sal,
aparece!
No el que
«que estás en los cielos».
Nosotros mismos
a la vista de todos,
hoy
obraremos
milagros.
Para batallar
en tu nombre
en el fragor,
entre el humo
nos encabritamos.
Nuestra proeza
será tres veces más difícil que la de Dios,
que creó
llenando de cosas la nada.
Nosotros
debemos construir lo nuevo
discurrir, dinamitar lo viejo.
millones
de impíos,
paganos
y ateos -
golpeándonos
con la frente,
con hierro oxidado,
con el campo -
todos
con fervor
recemos a Dios
¡Aparece,
no del lecho estelar,
mullido,
Dios de hierro,
Dios de fuego,
no el Dios de Martes,
Neptunos ni Vegas,
Dios de carne,
Dios-Hombre!
¡No el envarado allí
entre las estrellas,
el terrenal,
el que está entre nosotros
sal,
aparece!
No el que
«que estás en los cielos».
Nosotros mismos
a la vista de todos,
hoy
obraremos
milagros.
Para batallar
en tu nombre
en el fragor,
entre el humo
nos encabritamos.
Nuestra proeza
será tres veces más difícil que la de Dios,
que creó
llenando de cosas la nada.
Nosotros
debemos construir lo nuevo
discurrir, dinamitar lo viejo.
¡Sed, abreva! ¡Hambre, alimenta!
Es hora
de llevar
el cuerpo al combate".
Es hora
de llevar
el cuerpo al combate".
Chávez no es Dios, sino
Chávez-Hombre, un gran colectivo. Este gran colectivo que hoy somos y
que mañana seguiremos siendo es el milagro de la política. A ese milagro
tendremos que seguir siendo fieles para que siga habiendo vida.
Para que siga habiendo
vida tendremos que seguir obrando milagros; tendremos que seguir
haciendo la proeza de construir lo nuevo y dinamitar la viejo.
Los cobardes tiemblan y los tránsfugas hacen cálculos. Nosotros, llevemos el cuerpo al combate.
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